Mil y un formas de morir

Adolfo Jesús Constanzo desde la ciudad fronteriza de Matamoros, en México, construyó un centro de distribución de droga hacia los Estados Unidos, en cual no solo realizaban esta labor sino también era el centro donde llevaron a cabo varios rituales de Palo Mayombe, un culto afroamericano.

Los “narcosatánicos” como eran conocidos, fueron registrados por la policía en su rancho en Santa Elena donde encontraron 100 kilos de marihuana y la prueba de que realizaban sus ritos satánicos. Un caldero de hierro que contenía sangre seca, un cerebro humano, colilla de cigarros, botellas de aguardiente, machetes, ajos y una tortuga asada. Alrededor de la casa se encontró una fosa común donde estaban los cuerpos, a los que se les había quitado el cerebro y el corazón.

Adolfo Jesús empezó a vender sus trabajos de mayombero primero en Miami y después en México. Empezó a tener gran popularidad y consiguió la ayuda de una joven americana llamada Sara Villareal Aldrete y varios seguidores más. Su culto empezó a tener grandes e importantes adeptos en México y en Estados Unidos.

La policía logra detener a un grupo que afirmó haber cometido estos crímenes bajo la orden de su padrino, Adolfo Jesús Constanzo, quien también les aseguraba que serían invulnerables a las balas y que podrían hacerse invisibles si seguían sus instrucciones.

Después de tres semanas de persecución, la policía descubrió que los “narcosatánicos” tenían varios seguidores alrededor de todo México y fueron atrapados varios de ellos. Al saber esto, Adolfo Jesús Constanzo intentó negociar con la policía dándoles nombres de gente poderosa que lo había buscado para llevar a cabo sus rituales.

Constanzo y sus más fieles seguidores fueron descubiertos en el Distrito Federal . Sus cómplices dispararon a los policías que estaban acercándose a ellos. Finalmente al verse acorralado ordenó a uno de sus compañeros que le dispare con una ametralladora junto con él uno de sus seguidores fiel a su líder se suicida. Instantes depués fueron atrapados algunos seguidores quienes sobrevivieron y describieron lo que sucedía en los rituales.

Adolfo Jesús Constanzo encontrado por la policía