Promocionan tzantzas en internet

Posted on 6:06 by Pamela


Yolanda Taish es la última de seis víctimas que fueron decapitadas en la Amazonía ecuatoriana durante los últimos años. Todos los cuerpos pertenecen a mujeres de entre 20 y 30 años. Las víctimas presentan las mismas características: pobres, sin identidad definida y, en la mayoría de los casos, solteras y sin familia. Yolanda, por ejemplo, era una persona sin dinero que vivía en las calles. Llevaba sus pertenencias en una bolsa de plástico; cuando la atacaron, ni siquiera se molestaron en quitársela. Según el fiscal que lleva su caso, Humberto Tello, los asesinos buscan personas que no llamen la atención cuando desaparezcan.
No obstante, fue imposible que la población no se diera cuenta. Lo que atrajo a los investigadores fue la pulcritud con la que las cabezas fueron desprendidas de los cuerpos. Según las autoridades, el o los agresores saben perfectamente cómo decapitar y qué herramientas utilizar. Los cortes en el cuello fueron hechos en forma de V y van desde el esternón hacia la espalda. Esta evidencia es la que lleva a los investigadores a pensar que existe una red de tráfico de tzantzas, o cabezas reducidas.

Sin embargo, el presidente de la Federación Shuar insiste en que ese tipo de prácticas ancestrales fueron suspendidas hace varias décadas. Además, como explica Fidel Tsamaraint, jefe de la comunidad de Tawasap: "No se mata a cualquiera, se mata a los líderes más importantes, para absorber su poder y conocimiento, para dominar a esos pueblos. Mataban y cortaban la cabeza para hacerse respetar".

Los Shuaras fueron los últimos, de todas las tribus indígenas de América, que redujeron cabezas. Son los ancianos de este pueblo los que guardan con recelo la técnica. Tawasap relata cómo se hacían las tzantzas. Aunque él nunca presenció un ritual de éstos, su padre se lo contó. Todo empiezaba con la planificación del ataque. El guerrero que traía la cabeza de un rival recibía mujeres, condecoraciones del líder y venenos (el arma más letal que utilizan los indígenas de la Amazonía hasta el día de hoy la utilizan para cazar a sus presas).

Después de realizar el corte necesario, desde la coronilla hasta la nunca, se desprendía el cráneo para conservar solamente el cuero cabelludo. Hervían la piel con jugo de liana para evitar que se le caiga el pelo y se insertaban piedras calientes. Este proceso lo repetían durante seis días, en el que poco a poco le iban dando forma a la cabeza, hasta reducirla al tamaño de un puño. Después le cocen el corte y también los hoyos de los ojos y la boca con una aguja de madera de chonta y una fibra natural conocida como kumai. "Esto se hace para que el guerrero no vuelva a ver la luz del sol, no vuelva a hablar y su alma no pueda salir", explica Fidel.



El tráfico de tzantzas no ha desaparecido, como se cree. En internet se promocionan en gran cantidad estas piezas rituales, especialmente en Europa. Se sabe de coleccionistas que pagaron un alto precio por las cabezas reducidas. Por ejemplo, hay un anuncio en el que se oferta una tzantza que, según el vendedor, es una reliquia ancestral y que la está vendiendo porque no tiene cómo mantener a su familia. Como, éste hay miles de artículos que están promocionándolas y no sólo en español.
En la última semana fueron capturados cuatro integrantes de la comunidad Shuar de Domono, entre ellos un menor de edad. Los arrestaron porque son sospechosos de los asesinatos. Según la Fiscalía Provincial de Morona Santiago, a un niño le habían ofrecido 3000 dólares a cambio de que corte una cabeza con una máquina. Lo que no especifica es cómo un niño va a ser capaz de hacer los cortes, lo que contradice el "descubrimiento"de la policía que afirma que las personas que decapitan son profesionales.
Existen, por otro lado, algunos hechos sospechosos entre los pobladores de la comunidad Shuar. Uno de los detenidos posee un automóvil de 13000 dólares, precio que según el fiscal "es poco asequible para ellos". El mayor implicado es uno de los soldados ecuatorianos que luchó en la guerra contra Perú, tiempo en el que posiblemente se dedicó a reducir las cabezas de los enemigos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí la gente shuar no tiene nada que ver con ese tráfico de tzantzas. Les están culpando injustamente

Publicar un comentario

A estos no tuvimos tiempo de incluirlos

A estos no tuvimos tiempo de incluirlos
Pero son igual de notorios